El edificio que alberga el Museo Naval del Caribe es una joya arquitectónica compuesta por dos grandes alas: la Republicana y la Colonial, separadas por dos hermosos patios. Uno de ellos es el patio de Los Jesuitas, en el que se encuentran las Campanas de la Libertad, y el otro es el patio de San Carlos, que contiene una colección de cañones históricos, entre los cuales destaca “El Vigilante”, también conocido como el cañón que salvó a Colombia. Además, se encuentra un ancla llamada el Ancla del Almirantazgo, todos con un gran valor histórico y cultural, lo que hace de este espacio un lugar especial no solo para aprender, sino también para celebrar reuniones familiares, ceremonias, cumpleaños, entre otros eventos.